El Barrio ferroviario de Las Matas, es uno de los espacios con más identidad y valor histórico de Las Rozas. Nacido a mediados del siglo XX como hogar para los trabajadores del ferrocarril, este barrio conserva aún hoy la esencia de aquella época: casas bajas con jardín, calles tranquilas y una atmósfera de comunidad que invita a pasear y descubrir su historia. 

Un recorrido por sus calles es un viaje al pasado ferroviario que marcó el desarrollo de la zona. En el corazón del barrio, la estación de Las Matas sigue siendo un punto clave y testigo vivo de ese legado. Muy cerca, el Museo del Ferrocarril de Las Matas ofrece una experiencia única para conocer cómo el tren transformó la vida local, con exposiciones de material ferroviario, fotografías y documentos que emocionan a grandes y pequeños. 

Una de las joyas visibles del barrio es la imponente locomotora Mikado. Esta locomotora de vapor, testigo de una época dorada del transporte ferroviario en España, es hoy un símbolo del barrio y un punto de interés para curiosos y amantes del tren. Muy cerca, pueden verse también una locomotora de la serie 2000 de Talgo y un furgón blindado, proyecto conjunto entre la Asociación de Amigos del Ferrocarril de Las Matas, la Fundación de los Ferrocarriles Españoles y el Ayuntamiento de Las Rozas. Nada más llegar, te dará la bienvenida un peculiar y entrañable cartel que reza: “Welcome to Las Matas”. Este letrero, con su simpático guiño al visitante, se ha convertido en un símbolo no oficial del barrio, reflejo del orgullo local y el carácter acogedor de su gente. 

Otro punto de referencia es la Biblioteca Municipal Marga Gil Roësset, un espacio cultural muy activo que, además de su completa colección bibliográfica, acoge exposiciones temporales, talleres, cuentacuentos y actividades para todas las edades. Un lugar perfecto para conectar con la vida cultural y artística del barrio. 

Además de su historia y cultura, Las Matas invita a quedarse a disfrutar de su gastronomía. En la zona encontrarás desde bares tradicionales y tabernas con historia hasta modernos restaurantes donde saborear cocina local e internacional. Una excelente manera de cerrar el paseo con buen sabor de boca. 

Para completar la visita, el barrio ofrece espacios verdes y parques donde relajarse o hacer deporte en familia, así como actividades culturales y rutas guiadas para descubrir a fondo su pasado y presente.